Mantener un pelo sano no tiene porque ser un trabajo agotador, tómalo como un momento para vivir tu ritual de amor.
Lava tu pelo con agua fría y tibia: el agua muy caliente puede deshidratar el cuero cabelludo y eliminar aceites naturales beneficiosos que fortalecen el crecimiento.
Procura cortar las puntas mínimo cada 3 meses: esto ayuda a que tu pelo se vea más sano.
No frotes o envuelvas tu pelo en la toalla: escurre suavemente las puntas y quita el exceso de agua con leves presiones.
Usa productos que le entreguen los nutrientes necesarios para tu pelo: ingredientes como la moringa, leche de coco y aceite de argán aportan brillo, suavidad, hidratación, restauración y fortalecimiento del cuero cabelludo.